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¿Cómo puede afectar el uso continuo de mascarillas a nuestra salud bucodental?

16/02/2021
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Desde hace casi un año, las mascarillas han venido a formar parte de nuestra vida cotidiana de una manera que antes solo hubiera sido posible en una película de ciencia ficción. Muchas son las reflexiones que han surgido, desde entonces, sobre su uso y sobre las posibles consecuencias que pueden tener en nuestra salud social, emocional y física. Así, diferentes cuestiones han surgido en la población sobre su efecto en la cavidad oral.

Para solventar estas dudas, Marta Bruna del Cojo, profesora de Ortodoncia, explica algunas de las consecuencias de usar mascarilla, tomando como referencia opiniones y análisis de expertos de diferentes asociaciones y sociedades profesionales dentales, nacionales e internacionales, como el Ilustre Colegio Oficial de Odontólogos y Estomatólogos de la I Región, el Consejo General de Dentistas de España o la Asociación Dental Americana.

Halitosis

Al llevar puesta la mascarilla, el aire que exhalamos por la nariz y por la boca permanece más tiempo en contacto con nuestro sistema olfatorio, lo que nos hace ser conscientes de nuestro propio aliento. Por ello, es probable, que personas que acusan halitosis, por el uso de las mascarillas, ya lo tuvieran antes, pero no eran conscientes de ello. Por otra parte, es cierto que el uso de las mascarillas, más allá de su tiempo recomendado (unas 4 horas para las quirúrgicas), hace que éstas pierdan su eficacia, dando lugar a que la saliva se acumule en ellas produciendo mal olor.

Alteraciones dentales: tinciones, caries y enfermedad periodontal

La falta de oxígeno puede desestabilizar la convivencia normal de las distintas especies de bacterias que habitan la cavidad oral. Este desbalance del equilibrio bacteriano ocurre en favor de las bacterias anaerobias responsables desde pigmentaciones externas en los dientes, hasta patologías más severas como la caries y la enfermedad periodontal. No obstante, “es muy poco probable que el uso adecuado de las mascarillas dé lugar a una situación de hipoxia que ocasione esta disbiosis”, apunta la doctora del Cojo. 

Cambios en nuestros hábitos

Cabe mencionar que el hecho de tener más de la mitad inferior de nuestro rostro tapado, alrededor de unas 8 horas al día, puede hacer que nos “olvidemos” de él, restándole la importancia que se merece. Además, desde la llegada de esta “nueva normalidad”, muchos de nuestros hábitos se han visto modificados. “Se ha vuelto complicado poder lavarnos los dientes fuera de nuestra casa, bien por miedo al contagio o bien porque en algunos establecimientos no está permitido el uso del baño para ese fin, por el riesgo de propagación del virus al dispersarse aerosoles”, señala la profesora.

Además, explica la especialista bucodental, “el uso prolongado de la mascarilla puede hacer que ingiramos menos líquidos, por miedo a quitarnos la mascarilla y quedar desprotegidos”. En este sentido, apunta: “la falta de agua puede producir alteraciones en la cavidad oral favoreciendo el desarrollo de patologías bucodentales; pues el agua ayuda en el proceso de autolimpieza de la boca, aporta flúor en el caso de las aguas fluoradas y favorece la producción de saliva”.

Así, con los conocimientos actuales, “podemos concluir que las mascarillas, per se, no son responsables de la aparición de las patologías bucodentales”. “Partiendo de la base de que debemos siempre elegir la mascarilla más adecuada y usarla correctamente, es muy importante que no descuidemos nuestra salud bucodental. Por ello debemos mantener una dieta de comidas y bebidas saludables, no descuidar nuestra higiene oral y seguir un adecuado protocolo de revisiones en el odontólogo”, subraya la doctora.

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