A diferencia del ozono que se encuentra en la estratosfera, las altas concentraciones de ozono o el ozono troposférico, propio de la época estival, disminuye el rendimiento de los cultivos y provoca problemas de salud, como irritaciones de faringe, garganta y ojos y dificultades respiratorias.
El profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad CEU San Pablo Benito Lacalle aconseja cómo neutralizar estos efectos: “Lo primero es consultar regularmente la aplicación para móvil que ofrece el Ayuntamiento- El aire de Madrid-, suscribirse al Servicio de alertas SMS del Sistema de Vigilancia de la Calidad del Aire o entrar en la web del Consistorio, que proporciona información actualizada sobre los niveles de polución en diferentes puntos de la ciudad.”
Lacalle ha explicado cuáles son las horas y lugares en los que se produce una mayor concentración de ozono: “Las mayores concentraciones de ozono se encuentran por la tarde, después de que pasen unas horas de la emisión de los contaminantes primarios de los que deriva a la atmósfera y que por el régimen de vientos es más fácil encontrarlo en la periferia que en el núcleo de las grandes ciudades.” Cada verano, la concentración de este gas no se emite directamente a la atmósfera, sino que se produce por la oxidación fotoquímica de los hidrocarburos en presencia de óxidos de nitrógeno actuando de catalizadores.
De esta manera, el ozono ataca con facilidad a muchos polímeros naturales que llevan dobles enlaces en su estructura, como el algodón, la celulosa, el caucho, el cuero, los plásticos y las pinturas, degradándose rápidamente. El ozono también se encuentra entre los contaminantes fitotóxicos más importantes para las plantas, provocando la disminución de la fotosíntesis, la capacidad de germinación del polen, la viabilidad y el número de semillas así como de la senescencia prematura; lo que se traduce en una disminución del rendimiento de los cultivos.
Además el ozono presenta procesos sinérgicos de potenciación de sus efectos en presencia de otros contaminantes, especialmente el dióxido de azufre, SO2. Otro factor a tener en cuenta de este contaminante que es más perjudicial en exposiciones a corto plazo y de concentraciones elevadas que en exposiciones más bajas a largo plazo.