El grupo de
investigación PARINM (Parasitología e
Inmunología Molecular con aplicación biotecnológica, diagnóstica y terapéutica) de la Universidad CEU San Pablo, liderado
por la investigadora Carmen del Águila de la Puente, ha dado un paso adelante
en el estudio de los microsporidios, unos parásitos intracelulares que hasta
ahora eran considerados meros agentes patógenos. Una de las investigaciones
realizadas por la responsable del área de inmunología, Carolina Hurtado Marcos, se centra en Encephalitozoon
cuniculi, un microsporidio
capaz de modulares vías celulares fundamentales para la senescencia y el
crecimiento tumoral. Aunque su presencia se ha asociado tradicionalmente a
infecciones en personas inmunodeprimidas, las recientes investigaciones han
revelado su potencial para modular
procesos celulares clave en el envejecimiento y el cáncer.
Antes de este estudio, explica la investigadora Hurtado
Marcos, “se sabía que los
microsporidios, como E. cuniculi, son parásitos que afectan el
metabolismo celular, inducen inflamación crónica y pueden suprimir la respuesta
inmunitaria. Incluso se había establecido su relación con la microsporidiosis,
una infección que impacta gravemente a personas inmunodeprimidas”. Sin embargo,
comenta, “las últimas investigaciones
sugieren que su papel va mucho más allá de la infección y que podrían influir
en el envejecimiento celular y el desarrollo del cáncer”.
En este sentido, los resultados muestran que E.
cuniculi podría ralentizar
ciertos mecanismos del envejecimiento celular, proporcionado información
valiosa para desarrollar terapias que promuevan un envejecimiento más saludable.
“Al infectar las células, este parásito reduce la producción de la
interleuquina 11 (IL-11), una molécula clave en la inflamación y la reparación
de tejidos. Además, afecta la vía de señalización IIS, que regula la longevidad
y el metabolismo”.
Una nueva estrategia en inmunoterapia contra el cáncer
La investigación ha demostrado que este
parásito puede inducir la expresión de la proteína PD-L1 en células infectadas.
Esta proteína es clave en la inmunoterapia contra el cáncer, ya que permite al sistema inmune
reconocer y atacar tumores. “Esto abre la posibilidad de desarrollar
tratamientos que, en lugar de bloquear PD-L1 como lo hacen las terapias
actuales, induzcan su expresión en tumores que no la presentan, haciéndolos más
vulnerables a la inmunoterapia”, señala la investigadora.
No obstante, el estudio también ha revelado una paradoja: aunque E. cuniculi podría facilitar el
tratamiento de ciertos tumores, en otros casos, su presencia ha sido
relacionada con el desarrollo del cáncer de colon. “Investigaciones recientes
han detectado que los microsporidios están presentes en tejidos colónicos de
pacientes con cáncer hasta 20 veces más que en personas sanas, lo que sugiere
que también podrían desempeñar un papel en la progresión tumoral”, comenta Hurtado Marcos.
Estos descubrimientos desafían
la visión tradicional de los microorganismos en la medicina y abre nuevas
perspectivas para el desarrollo de terapias biomédicas más eficaces y
personalizadas. Para confirmar estos hallazgos, los investigadores planean
realizar estudios en modelos animales y avanzar en la identificación de las
proteínas clave de E.
cuniculi responsables de estos efectos. Uno de los principales retos será
encontrar una manera segura de aprovechar los beneficios inmunológicos del
parásito sin exponer a los pacientes a sus efectos adversos.