Un nuevo fármaco, el Compuesto 21, demuestra efectos beneficiosos
en la prevención del daño vascular asociado a la obesidad. El estudio,
publicado en la prestigiosa revista Clinical
Science, ha sido
desarrollado por investigadores del Grupo
MET-VASC-Metabolismo y Función Vascular- de la Universidad
CEU San Pablo, dirigido por la Dra. Marta
Viana, bajo la supervisión de las Dras. Beatriz
Somoza y Marta Gil Ortega, y en
colaboración con la Dra. Marisol Fernández Alfonso,
de la Universidad Complutense de Madrid, GESCAMET; la Dra. Ulrike Muscha Steckelings (University of Southern Denmark); el Dr. Thomas Unger (Maastricht University); y el Dr. William Boisvert (University of Hawaii). Un proyecto financiado por la Fundación
Universitaria San Pablo CEU / Banco Santander y por el Ministerio de Economía y Competitividad.
La
investigación aporta evidencias sobre las alteraciones que una dieta rica en
grasa provoca en la señalización del receptor endotelial de angiotensina II de
tipo 2 (R-AT2). Este receptor,
importante en la regulación del tono arterial al mantener la funcionalidad del
endotelio vascular por activación de la síntesis de óxido nítrico, ejerce sus
funciones a través de la formación de dímeros con el receptor de bradiquinina
(R-B2) y el receptor Mas (R-Mas). Sin embargo, la obesidad induce alteraciones
en la comunicación entre dichos receptores, conduciendo al desarrollo de daño
vascular.
El
tratamiento con el Compuesto 21 previene
estas alteraciones al favorecer la dimerización y la señalización de estos
receptores, aumentando la disponibilidad de óxido nítrico y, por tanto,
manteniendo la función endotelial. “En este sentido, este trabajo supone un
importante avance en el conocimiento de nuevos mecanismos moleculares que
subyacen al desarrollo del daño vascular asociado a la obesidad”, explica Beatriz Somoza. Además, subraya que “el
Compuesto 21 es un activador del denominado ‘brazo protector’ del sistema
renina-angiotensina que, podría constituir una potencial herramienta
terapéutica en el tratamiento del daño vascular en personas obesas por su
estructura no peptídica y su actividad por vía oral”.
Las
enfermedades cardiovasculares son una de las primeras causas de mortalidad en
el mundo y la obesidad constituye un importante factor de riesgo para su
desarrollo. A pesar de que el tratamiento de la obesidad se ha mejorado y
ampliado en los últimos años, el daño vascular en pacientes obesos es difícil
de revertir, por lo que es necesario investigar más en detalle los mecanismos
implicados en su desarrollo y buscar fármacos más efectivos, según destacan los
investigadores.
Según
Raquel González-Blázquez y Martín Alcalá, “es interesante destacar que los
efectos vasculares del Compuesto 21 son independientes de sus efectos
metabólicos, ya que no se observan cambios en el peso corporal en respuesta al tratamiento”.
Además, Marta Gil Ortega sugiere que “el
estudio también pone de manifiesto que el Compuesto 21 puede contribuir tanto a
identificar nuevas dianas terapéuticas como al diseño de nuevos fármacos
eficaces en el tratamiento/prevención de las alteraciones vasculares que se
observan en la obesidad”.
El Compuesto
21 está reconocido como medicamento
huérfano -un tipo de fármacos dirigidos al tratamiento de
enfermedades muy infrecuentes que no son desarrollados ampliamente por la
industria farmacéutica por razones económicas pero que responden a necesidades
de salud pública- para el tratamiento de la fibrosis
pulmonar idiopática, tanto por las autoridades
regulatorias europeas como por las de Estados
Unidos. Además, se encuentra actualmente en fase de estudio para el tratamiento del COVID-19 (Ensayo clínico en fase III).