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Más del 50% de los matrimonios en España se acabarían separando

20/03/2024
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Según el último informe ‘El divorcio en España’, elaborado por el Observatorio Demográfico CEU, adscrito al Centro de Estudios, Formación y Análisis Social (CEU-CEFAS), algo más del 50% de los matrimonios se acaban separando en España. El cociente entre rupturas conyugales (divorcios + separaciones + nulidades) y bodas ha superado el 60% en España en 13 de los últimos 18 años, con un máximo extraordinario del 88,6% en 2020, por el desplome anormal de las bodas en el primer año de la pandemia de covid-19.

Como recoge el informe, la tendencia en los últimos años se ha estabilizado, posiblemente por haber cada vez menos matrimonios en España, por el desplome de la nupcialidad. En 2022, el indicador de “fragilidad matrimonial” (número de divorcios por cada cien bodas) fue del 47,3%, el menor en más de 20 años, si bien ese mínimo se debería a la anomalía en bodas y divorcios 2020-2022 ligada a la pandemia.

La tasa de ruptura familiar en matrimonios de personas en edades de tener y criar hijos -en las que el divorcio genera más daño social- es muy preocupante. Un tercio holgado se separa antes de los 20 años de casados; uno de cada cinco, en los primeros diez años; y uno de cada ocho lo hace en los primeros siete años. La franja de edad en que es más probable divorciarse va de los 40 a los 49 años, en ambos sexos (en torno al 40% de todos los divorcios), seguida de la de 50 a 59 años. En 2022 el 42,2% de los varones y el 33,2% de las mujeres tenían 50 años o más en el momento de divorciarse. En las mujeres, el segmento de las menores de 40 años concentró de media el 33,1% de los divorcios en el periodo 2013-2021, tasa que en 2022 descendió al 26,1%.


Un grave problema social con daños económicos, afectivos y formativo-educativos

La desestructuración familiar por alta divorcialidad provoca empobrecimiento económico, y perjuicios afectivos y formativos a los hijos, así como innumerables traslados del domicilio de la madre al del padre, y viceversa. Si el matrimonio se separa con hijos no emancipados, estos sufrirán empobrecimiento material (sus padres necesitan ahora dos hogares y duplicar los gastos fijos asociados) y también afectivo y educativo. Según datos oficiales de EEUU, el divorcio incrementa muy significativamente en niños y adolescentes el riesgo de necesitar tratamiento médico por problemas de salud mental o emocional. Asimismo, el divorcio provoca mucho sufrimiento en adultos afectados, en particular en el cónyuge que no desee el divorcio -si lo hay-, como tantos progenitores -generalmente varones- que pasan a ver mucho menos a sus hijos tras la ruptura. Al menos 1,5 millones de divorciados o separados en España desde 1981 no querían la ruptura conyugal, llevada a cabo solo por deseo del otro cónyuge.

En los últimos 15 años, y especialmente en la última década, la custodia compartida de los hijos menores tras el divorcio está aumentando de manera rápida, y va camino de ser la opción mayoritaria. Ha pasado de darse en torno al 10% de los divorcios con hijos producidos en 2008 al 43% en 2021.

La duración del procedimiento legal de divorcio depende sobre todo de si hay mutuo acuerdo entre los cónyuges, o si hay proceso contencioso. En el primer caso, el procedimiento de divorcio, en el período 2015-2019, se sustanció en menos de tres meses en el 66% de los casos, el 88% en menos de 5 meses y el 97% en menos de 11. En los divorcios contenciosos, las cosas fueron mucho más lentas: 5% en menos de 3 meses, 31% en menos de 5 meses, 74% en menos de 11. En el 26% de los casos hicieron falta más de 11 meses, cosa que solo ocurrió en el 3% de los casos de mutuo acuerdo.

En el periodo 2013-2022, en el 75% de los divorcios, la demanda se resolvió de mutuo acuerdo. En los de tipo contencioso (más de 200.000 en ese período), las mujeres solicitaron el divorcio en el doble de casos que los maridos. Sólo en 1% de los divorcios contenciosos fueron ambos cónyuges quienes lo solicitaron con la correspondiente demanda.


Hogares monoparentales e hijos que viven sin algún progenitor

Como resultado de la alta tasa de ruptura de matrimonios y parejas de hecho, la baja nupcialidad y el incremento del número de bebés de los que no consta padre, la monoparentalidad en España representa un porcentaje muy apreciable y creciente de los hogares con hijos, y de los hijos no emancipados del hogar familiar. En 2001, los hogares monoparentales eran el 12,5% del total de hogares con hijos menores de 25 años. En 2011 eran el 17,4%. En 2020, el 20,1%. En esos hogares viven en torno a 1,5 millones de menores de 25 años, que en un 80% de los casos convivían con su madre.

En el análisis de microdatos de nacimientos del INE de 2022 para realizar este estudio se ha determinado que más del 10% de los bebés nacidos en España no vivirán con su padre desde el propio alumbramiento, bien porque no consta padre, o sí lo hay, pero vive en un municipio distinto al de la madre al nacer su hijo, o reside en una provincia distinta. En muchos casos, esto se debe a una ruptura de la pareja entre la concepción y el nacimiento.


La desestructuración familiar sale muy cara, empezando por la necesidad de más viviendas para una misma población

Fruto de esta desestructuración familiar, ahora hacen falta unos tres millones más de viviendas que las necesarias con las pautas familiares de hace 50 años. En 1970, en España había unos 19 millones de adultos emancipados del hogar paterno, que vivían en 8,9 millones de viviendas familiares (la inmensa mayoría, con hijos), esto es, 2,15 adultos emancipados por hogar de media. Con ellos vivían 14,7 millones de personas más, en su inmensa mayoría hijos menores de edad no emancipados (12,7 millones de ellos eran menores de 21 años). A comienzos de 2021, con una edad media a la emancipación de los españoles de 30 años (5 años más que en 1970), unos 33 millones de adultos emancipados vivían en 18,5 millones de viviendas, con una media de 1,78 por hogar. Con ellos vivían 14 millones de personas, de los que unos 9,6 millones eran menores de 21 años. Con la media de adultos emancipados por hogar de 1970, en 2021 habrían hecho falta 15 millones de viviendas y no 18,2 millones.

Palabras clave Observatorio Demográfico Divorcios Separaciones Desestructuración Familia