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El Laboratorio de Estructuras de la Escuela Politécnica Superior de la Universidad CEU San Pablo ha sido el escenario de un momento histórico para los estudios de Arquitectura, que este curso cumplen 50 años en el CEU: levantar un coche con un manojo de espaguetis. En concreto utilizaron 264 espaguetis.
Este reto, capitaneado por el Director de la División de Arquitectura, Federico de Isidro, ha surgido tras llevar varios años trabajando con los espaguetis como material docente con el construyen estructuras y calculan la resistencia de las mismas. Para poder atacar el problema y predecir su comportamiento mediante el cálculo, profesores y alumnos han estudiado el espagueti como cualquier otro material para construir estructuras. Entre otros aspectos, han averiguado su resistencia o su deformabilidad, cuestiones que son muy importantes para predecir su comportamiento.
La teoría señalaba que este reto era posible: una vez que se puede conocer cuál es el peso que puede pender de una barra, cuál es el peso del coche, y como se consigue unir firmemente el coche a las barras de espagueti y al mecanismo de elevación. Respecto al peso que puede colgarse de un espagueti, se ha estimado a partir de hacer numerosos ensayos y un estudio estadístico en el Laboratorio de Materiales y Reología de la Universidad CEU San Pablo. Y respecto a la forma en que se une firmemente el coche a barras y elevador, ha habido que hacer el diseño de piezas específicas y probar con numerosos sistemas y tipos de adhesivos. Por consiguiente, se trataba de un problema de ingeniería, que debería resolverse con ciencia y con ingenio. Ha sido un éxito rotundo.
Junto a Federico de Isidro, han participado en ese reto el profesor de estructuras y autor de la pieza, (que la ha ideado y fabricado), Federico Prieto; los profesores Félix Hernando y Maribel Castilla, que llevan años utilizando los espaguetis en sus asignaturas de estructuras de 2º curso e introduciendo en ellas los procesos de gamificación y la secretaría académica de la EPS y profesora de estructuras, y también entusiasta de la gamificación, Concepción Pérez Gutiérrez.
Antes del reto del coche, los alumnos de arquitectura han diseñado y calculado diferentes estructuras, han construido modelos, y los han probado en las máquinas del laboratorio llevando la estructura hasta el colapso. Compiten entre ellos y todos los alumnos aprenden de los diseños de todos los grupos, que son necesariamente diferentes. Gana el grupo que predice mejor el comportamiento de la estructura, construye la estructura más robusta, o aquella que siendo robusta emplea menos material. La competición estimula al alumno, adquiere experiencia a partir de un modelo real que ha fabricado, y profundiza en los aspectos más sofisticados, seguramente mucho más que realizando un examen.
Y de esta manera, todas las asignaturas contienen una fase en la que se propone a los alumnos un caso específico, que puede ir desde las sencillas estructuras trianguladas, hasta las estructuras antisísmicas del último curso, utilizando mesas de vibración que simulan terremotos.
La calidad de la enseñanza de Arquitectura en la Universidad CEU San Pablo está acreditada internacionalmente desde hace dos años con la prestigiosa Equivalencia Sustancial de la agencia de acreditación estadounidense NAAB (National Architectural Accrediting Board). Éste reconocimiento permite a los alumnos de la Universidad inscribirse como arquitectos en los Estados Unidos con los mismos derechos profesionales que los arquitectos norteamericanos. El sello de la NAAB constituye un indicador de calidad en las enseñanzas, pues establece criterios exhaustivos y homogéneos de evaluación de la docencia en Arquitectura.