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Este verano acude a la playa, piscina y ríos, mejor sin lentillas

19/08/2019
Sara Bueno Profesora Optica CEU

En verano cambiamos nuestros horarios, se hacen más flexibles y nos relajamos en algunas normas, pero, por la salud de nuestros ojos, y como nos recuerda la profesora de Óptica y Optometría de la Universidad CEU San Pablo, Sara Bueno, no debemos ‘bajar la guardia’ con las pautas básicas de uso, mantenimiento, higiene y desinfección, así las lentes de contacto.

Sara Bueno recuerda que no se deben utilizar cuando se estén realizando actividades acuáticas, tan propias del verano. “No se deben usar en playas, ni piscinas ni en ríos ... porque esa agua puede ser apta para el baño, pero no es apta para entrar en contacto con la lente que se va a empapar de esa agua que va a estar en contacto con el ojo”. Esta recomendación incluye la ducha diaria, que debe hacerse sin las lentes de contacto.  

Aunque a corto plazo no se note nada especial si no se siguen bien las pautas... Sara Bueno subraya que “el daño que estás haciendo al ojo se puede manifestar no inmediatamente pero sí en un plazo corto o medio; y al final va a dar problemas a la salud de tus ojos”.

En España hay más de 2,5 millones de usuarios de lentes de contacto, sobre todo agrupados en los segmentos más jóvenes de la población, entre los 12 y los 35 años. A partir de los 35 años los usuarios van decreciendo lentamente, abandonando su uso por diferentes motivos.

Su uso está especialmente extendido en estas edades porque además de la comodidad, facilitan la práctica de deportes y actividades físicas y de ocio, pudiendo además elegir entre diferentes formas de uso y reemplazo.

Después de acudir a un óptico optometrista para una revisión de la visión y del estado de salud de tus ojos y comprobar si es necesario hacer algún cambio en alguno de los parámetros de las lentes de contacto, es importante recordar las principales pautas de uso:

EN PRIMER LUGAR: lávate y sécate cuidadosamente las manos con un jabón suave y una toalla que no suelte pelusas antes de tocar tus lentes de contacto. Te quedarías asombrado si supieras la cantidad de microorganismos que tienen tus manos antes de lavártelas.

EN SEGUNDO LUGAR: cumple los horarios de uso que te han recomendado. Y si quieres usarlas durante más tiempo seguido, consúltalo con tu optometrista, hay materiales de lentes de contacto que dejan pasar más o menos oxígeno y en función de ello te recomendarán cuanto tiempo debes usarlas, así que esto se puede modificar cambiando el tipo de lente que llevas.

EN TERCER LUGAR: NUNCA aclares las lentes de contacto con agua del grifo. Aunque sea un agua apta para el consumo, ello no significa que tenga un control microbiológico apto para usar con lentes de contacto y pueden producirse infecciones oculares muy graves por este motivo.

EN CUARTO LUGAR: No utilices las lentes de otra persona ni dejes las tuyas a otra persona. No uses lentes de marca desconocida o que vengan en envase de apariencia “dudosa”, con el envase abierto o dañado. Tampoco utilices con ellas nunca líquidos que no conozcas, o caducados. No todas las soluciones de mantenimiento son adecuadas para todas las lentes ni todas se utilizan igual, puedes ocasionarte problemas en los ojos si no tienes esto en cuenta.  Si utilizas maquillaje, maquíllate siempre después de haberte puesto tus lentillas. Y desmaquíllate siempre después de quitarte tus lentillas al final de la jornada.

EN QUINTO LUGAR: si tus lentillas son de un solo uso, tíralas al final de este. Aunque solamente las hayas llevado unas horas. Si son desechables de más de un uso (una semana, un mes…) límpialas cuando te las quites con la solución única que usas habitualmente, frotando con la yema de los dedos. Acláralas con la misma solución y guárdalas en el estuche con solución limpia. Nunca reutilices o “rellenes” la solución del estuche ya usada. Por la mañana cuando te las pongas, vacía el líquido del estuche portalentes, limpia el estuche con un poco de solución única y déjalo abierto boca abajo, para que se seque al aire. Y remplázalo por uno nuevo al menos cada tres meses. Casi todas las soluciones de mantenimiento incluyen un nuevo estuche en cada envase que compras. Tira entonces el anterior.

Y, POR ÚLTIMO: si experimenta algún problema ocular, quítate las lentes de contacto y acude a un profesional. Puede ser solamente incomodidad, sensación de roce o arenilla en el ojo, un exceso de secreción (legañas), cambios en la visión o enrojecimiento. Un profesional del cuidado de la vista determinará si las lentes de contacto son adecuadas o detectará cualquier posible problema.

Aunque no es frecuente, pueden desarrollarse problemas oculares graves si no se siguen las pautas adecuadas al usar lentes de contacto. Y, por supuesto, no uses tus lentes de contacto si tienes una infección ocular, o experimentas malestar ocular, lagrimeo excesivo, cambios en la visión, enrojecimiento u otros problemas oculares. Si ocurre una de estas condiciones, contacta de inmediato con tu óptico optometrista o con el médico oftalmólogo.

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