El ponente sustenta su optimismo en las posibilidades que abre la tecnología mediante los nuevos soportes móviles. Como ha expuesto, esto abre un escenario en el que la convergencia de suscripciones, publicidad inteligente y gestión de los datos personales de los consumidores de información pueden “devolver la prosperidad al sector”. “Los problemas que la tecnología nos ha creado nos los está resolviendo también la propia tecnología”. Lo que los nuevos soportes posibilitarán es una relación entre el coste de la actividad y el precio del producto “más eficiente”. ¿Quiere esto decir que el papel está abocado a la desaparición? No, a juicio de Ramírez, pero sí significa que “el medio en el que van a crecer los periódicos será el de los soportes móviles”.
Expuesto este nuevo escenario, una de las inquietudes que los estudiantes han planteado en el turno de preguntas ha sido la de cuál será el papel del periodista en el futuro. El director de El Mundo ha reivindicado la figura del profesional de la información, por más que los nuevos canales por los circula la noticia obliguen a dibujar nuevos contornos. “No creo en el periodismo ciudadano, pero sí en un periodismo con mayor capacidad de integrar al ciudadano”.
Asimismo, ha reconocido la dificultad del momento presente. Una situación comprometida con respecto a la que ha admitido parte de culpa como director de un gran medio de comunicación. Su responsabilidad: la de haber sobrevalorado las posibilidades financieras de un medio digital abierto. “Llegamos a pensar que con nuestros millones de usuarios únicos conseguiríamos ingresos publicitarios similares a los que extraíamos con la prensa impresa”. La corrección de esta equivocación, a la que denomina “la seducción digital de Siracusa” llegaría mediante fórmulas como la de Orbyt.
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